martes, 12 de abril de 2016

Paulo Díez no es abogado, es socio y cómplice de Pedro Topete

Díez Gargarí defiende los intereses del Grupo Infraiber por ser accionista y coparticipe en las decisiones que se toman, incluso ilegales, como el “carrusel de empresas” que armaron ambos con recursos de Grupo ICA


Bonifacio Zamacona /Entérate México
Ciudad de México, 12 de abril de 2016



Aunque se ostenta como abogado de las empresas de Pedro Topete Vargas, en realidad Paulo Díez Gargarí es su socio y además, cómplice en la realización de diversos “negocios” y operaciones fraudulentas, como la creación de un “carrusel financiero” en complicidad con ejecutivos de Grupo ICA, para evitar el pago de impuestos, un delito conocido como defraudación fiscal.

Paulo Díez no defiende los intereses de las empresas del Grupo Infraiber por ser su abogado, él lo hace por ser socio, accionista y coparticipe en las decisiones que se toman en el "Grupo Infraiber".

Un reportaje de IMPACTO, La Revista (edición 3450 del 10 de abril de 2016), destaca que en el año 2005, Paulo Díez llegó a las empresas de Topete Vargas con una cotización por servicios de 106 mil 200 pesos mensuales, pero con el paso del tiempo, se convirtió en el hombre de todas las confianzas del empresario que es investigado por la PGR de lavado de dinero.

De hecho, por conocimientos del sistema financiero y fiscal, Paulo Díez pronto se integró a los planes de Pedro Topete, ya que como publicó IMPACTO (edición 3447), el abogado participó en las negociaciones con ejecutivos de Grupo ICA para hacer el “carrusel” con el que, tan sólo en un mes, habrían movido, a través de diferentes empresas, unos 5 millones de dólares que habrían salido de cuentas bancarias de Ingenieros Civiles y Asociados, y que habrían regresado a otras cuentas de esa empresa o de sus ejecutivos.

Diez Gargari incluso firmó la venta ilegal de la carretera Rio de los Remedios-Ecatepec a Grupo ICA, validando el poder notarial falso que para esos efectos, utilizó su socio Topete Vargas para la venta, por la cual obtuvieron en una primera instancia 20 millones de pesos y luego mil millones de pesos más, recursos de los que se apropiaron sin entregar ni un solo peso de ellos a sus otros socios.

Además, Paulo Diez era beneficiario del fraude que Pedro Topete le hacía a sus socios, inventando deudas para sacarles recursos millonarios. Pruebas en poder de IMPACTO señalan que el 22 de abril de 2010, según correo del administrador general de las empresas de Pedro Topete, el canadiense Omar González Nuncio, se le depositaron 5 millones de pesos a su cuenta, en Santander, 82500144861, con cuenta CLABE 014180825001448613. El concepto fue “a cuenta” de una sola factura.

Para el 2010, Díez ya era socio de Pedro Topete, en las empresas Consorcio de Desarrollo Intercontinental S. A. de C. V., y Corporación Desarrolladora de Operaciones de Infraestructura S. A. de C. V.

La operación mediante la cual Paulo Díez dejó de ser abogado para convertirse en socio y cómplice de Pedro Topete Vargas se cerró, mediante contrato notarial, el 11 de marzo de 2010, y el pago que hiciera a los dueños de las acciones por un total de un millón 677 mil pesos.

Paulo Díez también es partícipe de la extorsión que Grupo Infraiber le hizo a la constructora española OHL, a la que culpó de la pérdida de un contrato de 4 mil millones de pesos para contar autos. Si no le ayudaban a recuperar el negocio, advirtieron a los empresarios españoles, iban a tener en su contra una campaña de desprestigio enorme, y cumplieron sus amenazas.

El socio de Pedro Topete fue quien firmó los desplegados de prensa en los cuales Infraiber acusaba a OHL de alterar su contabilidad, lo cual la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) determinó como falso el argumento y exoneró a la empresa española.

Además, la Procuraduría General de la República (PGR) investiga a Infraiber y sus socios por el delito de espionaje telefónico y lavado de dinero.

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